Esta semana en Rewind... Sixpence None The Richer
Las cosas
buenas tienen una cierta manera de pasar en el momento preciso. Justo cuando
estás listo para aceptar lo inevitable, haces lo mejor con la situación y te
conformas con lo segundo mejor. Es exactamente entonces cuando lo inesperado
entrega una sorpresa, todo cambia y una recompensa de repente florece en el
menos factible de los lugares.
Toma
Divine Discontent [Descontento Divino], el largamente esperado nuevo álbum de
Sixpence None the Richer. Una colección de doce pistas originales de una banda
que casi por sí sola redefinió el abrazador y exaltador potencial de la música
Pop. Divine Discontent es un álbum que ha llegado justo cuando más lo
necesitamos. Como una bocanada de aire fresco, un rayo de luz del sol o un
largo sorbo de agua fresca, aquí hay música pensada precisamente para este
momento.
Ese
momento ha estado viniendo por largo tiempo. Aunque puede parecer que fue sólo
ayer que este chispeante cuarteto de Nashville se abrió paso hacia la escena
con su innovador álbum homónimo -- que incluye el impacto número uno nominado
al Grammy "Kiss Me [Bésame]" y su aplastante continuación "There
She Goes [Ahí Va Ella]" -- realmente fue a fines de los noventas cuando
primero arremetieron hacia el reflector, embarcándose en una gira mundial
intercontinental que los mantendría en la carretera por más de un año. Lo que
siguió fue un bien merecido descanso para un grupo que había estado trabajando
firmemente durante gran parte de una década. Fue en la primavera de 2000 que
Sixpence volvió al estudio para empezar a grabar nuevo material. Lo que siguió
fue…un largo silencio.
"Nos
estamos acostumbrando a esto," comenta irónicamente la vocalista Leigh
Nash respecto de las disputas contractuales que retardaron el lanzamiento de
Divine Discontent por casi dos años. "Estuvimos en la misma situación
anteriormente en nuestra carrera, esperando que abogados y contadores
decidieran nuestro destino, y hemos aprendido a ser pacientes. Nuestra música
siempre parece encontrar su propio tiempo y lugar, y esto no es
diferente."
Las
maquinaciones que vieron al grupo pasar por tres afiliaciones de sellos
diferentes antes de encontrar una bienvenida a casa en Reprise Records podría
haber derrumbado a una banda menos determinada, pero Sixpence None the Richer
no sólo sobrevivió -- ellos crecieron. Difícilmente ociosos durante esto hiato
forzado, la cantante líder Leigh Nash, junto con el co-fundador y compositor
principal, productor y multi-instrumentista Matt Slocum, se embarcaron en una
variedad de prometedores proyectos laterales.
"Tuve
la oportunidad de grabar con Delerium," explica Leigh, "lo que fue
muy divertido y un verdadero cambio de paso para mí." La pista resultante,
"Innocente (Falling In Love) [Inocencia (Enamorándose)]" alcanzó el
Top Cinco en las cartillas Dance de Billboard en la primavera de 2001 y fue
seguida por apariciones de invitada adicionales para la distintiva vocalista,
incluida una jovial rendición del clásico de Skeeter Davis "The End Of The
World [El Fin Del Mundo]" con los héroes del alt-Rock Los Straitjackets.
Leigh también había grabado "Need To Be Next To You [Necesito Estar al
Lado de Ti]," la pista de títulos finales del filme Bounce por Gwyneth
Paltrow/Ben Affleck. Esa canción también golpeó el Top 20 en las cartillas
Contemporáneo Adulto de Billboard.
Entretanto,
Matt había prestado su energías a la formación de The East Nashville Center for
the Creative Arts [El Centro de Nashville Oriental para las Artes Creativas],
una innovadora escuela de artes de la comunidad y sitio de actuación que ofrece
instrucción musical a prometedor talento joven local. "La música ha
proporcionado tantas oportunidades en mi propia vida que yo sentía que era
importante devolver algo," comenta Matt. "La escuela es una gran
manera de ayudar a niños que de otra manera podrían no tener una oportunidad
para desarrollar sus habilidades."
En el
intertanto, Sixpence None the Richer continuó la evolución creativa que ha definido
su sonido durante el curso de sus tres álbumes anteriores. El cuarteto original
que incluía al guitarrista Sean Kelly y bajista Justin Cary, se había aumentado
con el nuevo baterista Rob Mitchell y tecladista Jerry Dale McFadden, ambos
quienes estaban disponibles para las sesiones de grabación originales de Divine
Discontent. Matt sirvió como co-productor junto con Paul Fox, renombrado por su
trabajo con XTC, los Sugarcubes, 10.000 Maniacs, The Wallflowers y otros. Los
quehaceres de mezcla fueron manejados por el maestro Tom Lord-Alge.
"Nosotros
íbamos más por una sensación de banda," explica Matt. "Nosotros seis
tocamos todos juntos en el estudio y mantuvimos las regrabaciones en un mínimo.
Incluso después, cuando agregamos las secciones de cuerdas, quisimos mantener
un sonido en vivo. Fue un proceso muy orgánico."
Leigh
agregó que también fue un tiempo cuando lograron desligarse del extraordinario
éxito de su último álbum. "Por supuesto que no puedes evitar sentir la
presión de mantener el impulso. Pero al final, crear algo sobre lo que nos
sentíamos bien era nuestra única prioridad."
El asunto
del impulso vino a la palestra mientras se arrastraban las negociaciones contractuales
pero, de manera típica, el grupo obtuvo lo máximo de los retrasos. "Más
temprano este año regresamos al estudio para refrescar el material y grabar
algunas pistas adicionales," explica Leigh. Entre cuatro canciones
recientemente grabadas está "Down And Out Of Time" que, junto con
"Eyes Wide Open," es un par de cortes escritos solamente por la
cantante. "Matt pone un estándar de composición alto," nota ella,
"pero al mismo tiempo, he aprendido mucho de él."
De la
evidencia de Divine Discontent, la lección a ser aprendida del sonido
infeccioso y accesible de Sixpence es que excelente música Pop puede llevar
mensajes de tiempo real de amor y pérdida, temor y fe, tanto personal como
universal. "Hay contenido espiritual en muchas de mis canciones,"
revela Matt. "Viene de intentar ser honesto sobre los asuntos de la vida.
Pero también viene en la forma de hacer preguntas más que dar respuestas."
Desde las
reveladoras y ricamente texturizadas notas de apertura del sencillo debut
"Breathe Your Name [Respirar Tu Nombre]," a tan extraordinarias
pistas como "Waiting On The Sun [Esperando en el Sol]," "Tonight
[Esta Noche]," "A Million Parachutes [Un Millón de Paracaídas]"
y la mencionada "Eyes Wide Open [Ojos Bien Abiertos]," Divine Discontent
es tan pulido y seguro como es de honesto y cordial; una digna continuación a
su predecesor de platino y el principal indicador de un brillante futuro para
una banda que sabe que las mejores cosas vienen a aquellos que esperan. Afortunadamente,
para los admiradores de Sixpence None the Richer en todo el mundo, la espera ha
terminado.
Uno podría
decir mucho sobre Sixpence, pero todo se reduce a esto: ellos fueron fieles a
su Dios y a su arte, y tan sólo eso es digno de ser celebrado. Para una banda
cuyo cuerpo de trabajo reside grandemente en canciones sobre rendirse, podrías
pensar que Sixpence None the Richer se habría rendido hace mucho tiempo. Pero
esto es lo extraño y maravilloso sobre Sixpence: que ellos soportaron no una
sino dos prolongadas batallas legales sobre contratos discográficos; que
absorbieron la crítica de cristianos por ser demasiado seculares y de los
medios de comunicación de la corriente principal por ser demasiado cristianos;
que nunca mantuvieron una alineación estable de músicos; pero durante diez años
escribieron sobre tristeza y anhelos y esperanza.
Por diez
años el guitarrista/compositor Matt Slocum y la cantante Leigh Nash perseveraron
e hicieron música que trascendió. Las canciones de Sixpence pisan la línea de
la fe y la duda, de hermosura y dolor, de esperanza divina y desilusión divina.
La "música cristiana," cualquiera sea el significado del término para
ti, se benefició de esta banda.
Para mucho
de nosotros, Sixpence fue la primera banda que demostró que los cristianos
podrían crear arte brutalmente hermoso y honesto sin consentir al mínimo común
denominador.
Su primer
álbum, The Fatherless and the Widow [El Huérfano y la Viuda], presentaba a una
Leigh Bingham de 17 años de edad en las voces. Su voz y la composición de
Slocum madurarían naturalmente, pero éstos fueron los primeros brotes de una
sociedad musical que florecería brillantemente.
Momentos
culminantes incluyen la hipnótica "Meaningless [Sin Sentido]" y la
inspirada en los Salmos "Trust [Confianza]." Era principalmente
pegajoso y acústico, pero había una sofisticación en la joven banda que
superaba a la mayoría de lo que estaba pasando como música
"alternativa" hecha por cristianos a principios de los años noventa.
Cuando los
grupos de juventud estaban escuchando el último lanzamiento cristiano optimista
de un sello grande, personas como yo estaban tocando This Beautiful Mess [Este
Lindo Desorden] de Sixpence, un álbum de una súplica desesperada, lleno de
letras desconcertadas y sonidos de guitarra melódicos y distorsionados (incluso
cuando estaba rockeando, Slocum sabía lograr que una melodía se pegara en tu
cabeza). This Beautiful Mess empieza con una pregunta: ¿Es ésta algún tipo de
prueba santa? y termina con la frenética "I Can't Explain [No Puedo
Explicar]" porque a veces no hay ninguna respuesta fácil.
Desde ese
álbum, he llegado a ver la última canción en un álbum de Sixpence como la
declaración de la tesis del disco, el signo de exclamación en el punto que el
álbum ha establecido. En su lanzamiento homónimo (sí, el álbum de "Kiss
Me") que se trata principalmente de la frustración con la batalla entre el
arte y el comercio y que posiblemente sea el álbum Pop más perfecto alguna vez
hecho, la declaración final es "Moving On [Siguiendo Adelante]." Una
orquesta crece y se derrama mientras Nash repite el mantra de su coro: no les
permitiré arruinarme de nuevo. Fatigada, pero esperanzada.
El
sencillo para "Kiss Me [Bésame]" contiene una pista que no está en el
álbum, "Sad But True [Triste Pero Cierto]," que se refiere a la
relación de la banda con el negocio de la música más bruscamente que cualquier
otra canción hayan grabado. Es el opuesto de "Kiss Me" casi en cada
manera: oscura, distorsionada, frustrada y rockera.
Como
"Moving On," es casi desafiante en su insistencia en que la calidad,
no las ventas, es la prioridad del artista. "La belleza nunca vende / y el
dinero hace las reglas," canta Leigh. Es triste pero cierto. Esta es la
triste historia de Sixpence None the Richer: que ellos eran una banda Pop
haciendo música hermosa, complicada, oscura; pero todo lo que los demás querían
oír era "Kiss Me."
No
pretendo ser tan cínico. Por supuesto que hubo muchos admiradores que apreciaron
a Sixpence igualmente por sus sensibilidades Pop y por su sutileza sinfónica.
De la manera en que Radiohead tuvo que batallar y matar a "Creep"
para seguir con su carrera (ve su canción "My Iron Lung [Mi Pulmón de
Hierro]"), la segunda mitad de la carrera de Sixpence fue una batalla con
"Kiss Me."
Su último
lanzamiento, Divine Discontent [Descontento Divino], fue su esfuerzo más
ambicioso y fue impresionante. Escuché el pre-lanzamiento que fue sacado
primero -- antes que se quitaran canciones y se agregaran nuevas -- y era
increíble, sobre todo la épica en guitarra "Too Far Gone [Ido Demasiado
Lejos]," que tiene más de siete minutos de riffs clásicos de Slocum.
"Too Far Gone" no fue lanzada -- y no puedo evitar preguntarme si
hubiera podido serlo si la banda no fuera instigada a vender otro millón de
álbumes.
Aún así,
la versión de Divine Discontent que fue lanzada continuó la jornada de Sixpence
hacia la perfección del Pop, esta vez con los medios para equiparar la ambición
de sus esfuerzos anteriores. La producción es más grande, la banda más firme,
la cuerdas más llenas -- pero el disco está cargado con potenciales sencillos y
como tal no llega al paso largo sino hasta "Still Burning [Todavía
Ardiendo]," otra canción sobre rendirse y volver a empezar.
Discontent
no acaba triunfalmente como el Sixpence None the Richer, sino nostálgicamente,
con "A Million Parachutes [Un Millón de Paracaídas]." Las letras
cuentan de una figura solitaria en casa, escuchando música y mirando la nieve
caer mientras él mentalmente repite sus recuerdos: "extraño la tibieza / y
extraño el sol / extraño el océano / extraño a todos."
La canción
se trata de un tiempo específico, pero es un sentimiento universal; añorar un
pasado que parece perfecto. Esto es lo que siento ahora cuando pienso en
Sixpence None the Richer. Extrañaré esperar sus presentaciones en vivo,
extrañaré esperar (y esperar, y esperar) un nuevo disco, y extrañaré la manera
en que se las arreglaban para lograr que más de un millón de admiradores de
películas adolescentes compraran un álbum sobre hacer arte que agrada a Dios.
Es fácil
imaginar que la tensión constante que la banda enfrentó a lo largo de la
carrera fue por lo menos algún factor en su decisión de cerrar el espectáculo.
Me apresuraría a reprochar por el fallecimiento de la banda a un cierto número
de fuentes: las personas que los comercializaron como una banda de Pop
adolescente, los sellos que retiraron su apoyo financiero y los cristianos que
les cayeron encima por ser tan depresivos. Cualquiera sea la verdad, no es
divertido cuando tu banda favorita se separa. Pero ellos han tenido su señal
del tipo "arbusto ardiente," y en realidad, no hay nada de malo en
seguir adelante cuando es tiempo. Gracias por las canciones.
Discografía:
The
Fatherless & The Widow (1993)
The
Beautiful Mess (1995)
Tickets
For A Prayer Whell (1996)
Sixpence
None The Richer (1997)
Collage:
Portrait of Their Best (1999)
Divine
Discontent (2002)
The Best
of Sixpence None The Richer (2004)
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