lunes, 28 de enero de 2013

Rockola Nacional (Sixpence None The Richer)

Esta semana en Rewind... Sixpence None The Richer


 


Las cosas buenas tienen una cierta manera de pasar en el momento preciso. Justo cuando estás listo para aceptar lo inevitable, haces lo mejor con la situación y te conformas con lo segundo mejor. Es exactamente entonces cuando lo inesperado entrega una sorpresa, todo cambia y una recompensa de repente florece en el menos factible de los lugares.
Toma Divine Discontent [Descontento Divino], el largamente esperado nuevo álbum de Sixpence None the Richer. Una colección de doce pistas originales de una banda que casi por sí sola redefinió el abrazador y exaltador potencial de la música Pop. Divine Discontent es un álbum que ha llegado justo cuando más lo necesitamos. Como una bocanada de aire fresco, un rayo de luz del sol o un largo sorbo de agua fresca, aquí hay música pensada precisamente para este momento.
Ese momento ha estado viniendo por largo tiempo. Aunque puede parecer que fue sólo ayer que este chispeante cuarteto de Nashville se abrió paso hacia la escena con su innovador álbum homónimo -- que incluye el impacto número uno nominado al Grammy "Kiss Me [Bésame]" y su aplastante continuación "There She Goes [Ahí Va Ella]" -- realmente fue a fines de los noventas cuando primero arremetieron hacia el reflector, embarcándose en una gira mundial intercontinental que los mantendría en la carretera por más de un año. Lo que siguió fue un bien merecido descanso para un grupo que había estado trabajando firmemente durante gran parte de una década. Fue en la primavera de 2000 que Sixpence volvió al estudio para empezar a grabar nuevo material. Lo que siguió fue…un largo silencio.
"Nos estamos acostumbrando a esto," comenta irónicamente la vocalista Leigh Nash respecto de las disputas contractuales que retardaron el lanzamiento de Divine Discontent por casi dos años. "Estuvimos en la misma situación anteriormente en nuestra carrera, esperando que abogados y contadores decidieran nuestro destino, y hemos aprendido a ser pacientes. Nuestra música siempre parece encontrar su propio tiempo y lugar, y esto no es diferente."
Las maquinaciones que vieron al grupo pasar por tres afiliaciones de sellos diferentes antes de encontrar una bienvenida a casa en Reprise Records podría haber derrumbado a una banda menos determinada, pero Sixpence None the Richer no sólo sobrevivió -- ellos crecieron. Difícilmente ociosos durante esto hiato forzado, la cantante líder Leigh Nash, junto con el co-fundador y compositor principal, productor y multi-instrumentista Matt Slocum, se embarcaron en una variedad de prometedores proyectos laterales.
"Tuve la oportunidad de grabar con Delerium," explica Leigh, "lo que fue muy divertido y un verdadero cambio de paso para mí." La pista resultante, "Innocente (Falling In Love) [Inocencia (Enamorándose)]" alcanzó el Top Cinco en las cartillas Dance de Billboard en la primavera de 2001 y fue seguida por apariciones de invitada adicionales para la distintiva vocalista, incluida una jovial rendición del clásico de Skeeter Davis "The End Of The World [El Fin Del Mundo]" con los héroes del alt-Rock Los Straitjackets. Leigh también había grabado "Need To Be Next To You [Necesito Estar al Lado de Ti]," la pista de títulos finales del filme Bounce por Gwyneth Paltrow/Ben Affleck. Esa canción también golpeó el Top 20 en las cartillas Contemporáneo Adulto de Billboard.
Entretanto, Matt había prestado su energías a la formación de The East Nashville Center for the Creative Arts [El Centro de Nashville Oriental para las Artes Creativas], una innovadora escuela de artes de la comunidad y sitio de actuación que ofrece instrucción musical a prometedor talento joven local. "La música ha proporcionado tantas oportunidades en mi propia vida que yo sentía que era importante devolver algo," comenta Matt. "La escuela es una gran manera de ayudar a niños que de otra manera podrían no tener una oportunidad para desarrollar sus habilidades."
En el intertanto, Sixpence None the Richer continuó la evolución creativa que ha definido su sonido durante el curso de sus tres álbumes anteriores. El cuarteto original que incluía al guitarrista Sean Kelly y bajista Justin Cary, se había aumentado con el nuevo baterista Rob Mitchell y tecladista Jerry Dale McFadden, ambos quienes estaban disponibles para las sesiones de grabación originales de Divine Discontent. Matt sirvió como co-productor junto con Paul Fox, renombrado por su trabajo con XTC, los Sugarcubes, 10.000 Maniacs, The Wallflowers y otros. Los quehaceres de mezcla fueron manejados por el maestro Tom Lord-Alge.
"Nosotros íbamos más por una sensación de banda," explica Matt. "Nosotros seis tocamos todos juntos en el estudio y mantuvimos las regrabaciones en un mínimo. Incluso después, cuando agregamos las secciones de cuerdas, quisimos mantener un sonido en vivo. Fue un proceso muy orgánico."
Leigh agregó que también fue un tiempo cuando lograron desligarse del extraordinario éxito de su último álbum. "Por supuesto que no puedes evitar sentir la presión de mantener el impulso. Pero al final, crear algo sobre lo que nos sentíamos bien era nuestra única prioridad."
El asunto del impulso vino a la palestra mientras se arrastraban las negociaciones contractuales pero, de manera típica, el grupo obtuvo lo máximo de los retrasos. "Más temprano este año regresamos al estudio para refrescar el material y grabar algunas pistas adicionales," explica Leigh. Entre cuatro canciones recientemente grabadas está "Down And Out Of Time" que, junto con "Eyes Wide Open," es un par de cortes escritos solamente por la cantante. "Matt pone un estándar de composición alto," nota ella, "pero al mismo tiempo, he aprendido mucho de él."
De la evidencia de Divine Discontent, la lección a ser aprendida del sonido infeccioso y accesible de Sixpence es que excelente música Pop puede llevar mensajes de tiempo real de amor y pérdida, temor y fe, tanto personal como universal. "Hay contenido espiritual en muchas de mis canciones," revela Matt. "Viene de intentar ser honesto sobre los asuntos de la vida. Pero también viene en la forma de hacer preguntas más que dar respuestas."
Desde las reveladoras y ricamente texturizadas notas de apertura del sencillo debut "Breathe Your Name [Respirar Tu Nombre]," a tan extraordinarias pistas como "Waiting On The Sun [Esperando en el Sol]," "Tonight [Esta Noche]," "A Million Parachutes [Un Millón de Paracaídas]" y la mencionada "Eyes Wide Open [Ojos Bien Abiertos]," Divine Discontent es tan pulido y seguro como es de honesto y cordial; una digna continuación a su predecesor de platino y el principal indicador de un brillante futuro para una banda que sabe que las mejores cosas vienen a aquellos que esperan. Afortunadamente, para los admiradores de Sixpence None the Richer en todo el mundo, la espera ha terminado.
Uno podría decir mucho sobre Sixpence, pero todo se reduce a esto: ellos fueron fieles a su Dios y a su arte, y tan sólo eso es digno de ser celebrado. Para una banda cuyo cuerpo de trabajo reside grandemente en canciones sobre rendirse, podrías pensar que Sixpence None the Richer se habría rendido hace mucho tiempo. Pero esto es lo extraño y maravilloso sobre Sixpence: que ellos soportaron no una sino dos prolongadas batallas legales sobre contratos discográficos; que absorbieron la crítica de cristianos por ser demasiado seculares y de los medios de comunicación de la corriente principal por ser demasiado cristianos; que nunca mantuvieron una alineación estable de músicos; pero durante diez años escribieron sobre tristeza y anhelos y esperanza.
Por diez años el guitarrista/compositor Matt Slocum y la cantante Leigh Nash perseveraron e hicieron música que trascendió. Las canciones de Sixpence pisan la línea de la fe y la duda, de hermosura y dolor, de esperanza divina y desilusión divina. La "música cristiana," cualquiera sea el significado del término para ti, se benefició de esta banda.
Para mucho de nosotros, Sixpence fue la primera banda que demostró que los cristianos podrían crear arte brutalmente hermoso y honesto sin consentir al mínimo común denominador.

Su primer álbum, The Fatherless and the Widow [El Huérfano y la Viuda], presentaba a una Leigh Bingham de 17 años de edad en las voces. Su voz y la composición de Slocum madurarían naturalmente, pero éstos fueron los primeros brotes de una sociedad musical que florecería brillantemente.
Momentos culminantes incluyen la hipnótica "Meaningless [Sin Sentido]" y la inspirada en los Salmos "Trust [Confianza]." Era principalmente pegajoso y acústico, pero había una sofisticación en la joven banda que superaba a la mayoría de lo que estaba pasando como música "alternativa" hecha por cristianos a principios de los años noventa.
Cuando los grupos de juventud estaban escuchando el último lanzamiento cristiano optimista de un sello grande, personas como yo estaban tocando This Beautiful Mess [Este Lindo Desorden] de Sixpence, un álbum de una súplica desesperada, lleno de letras desconcertadas y sonidos de guitarra melódicos y distorsionados (incluso cuando estaba rockeando, Slocum sabía lograr que una melodía se pegara en tu cabeza). This Beautiful Mess empieza con una pregunta: ¿Es ésta algún tipo de prueba santa? y termina con la frenética "I Can't Explain [No Puedo Explicar]" porque a veces no hay ninguna respuesta fácil.
Desde ese álbum, he llegado a ver la última canción en un álbum de Sixpence como la declaración de la tesis del disco, el signo de exclamación en el punto que el álbum ha establecido. En su lanzamiento homónimo (sí, el álbum de "Kiss Me") que se trata principalmente de la frustración con la batalla entre el arte y el comercio y que posiblemente sea el álbum Pop más perfecto alguna vez hecho, la declaración final es "Moving On [Siguiendo Adelante]." Una orquesta crece y se derrama mientras Nash repite el mantra de su coro: no les permitiré arruinarme de nuevo. Fatigada, pero esperanzada.
El sencillo para "Kiss Me [Bésame]" contiene una pista que no está en el álbum, "Sad But True [Triste Pero Cierto]," que se refiere a la relación de la banda con el negocio de la música más bruscamente que cualquier otra canción hayan grabado. Es el opuesto de "Kiss Me" casi en cada manera: oscura, distorsionada, frustrada y rockera.
Como "Moving On," es casi desafiante en su insistencia en que la calidad, no las ventas, es la prioridad del artista. "La belleza nunca vende / y el dinero hace las reglas," canta Leigh. Es triste pero cierto. Esta es la triste historia de Sixpence None the Richer: que ellos eran una banda Pop haciendo música hermosa, complicada, oscura; pero todo lo que los demás querían oír era "Kiss Me."
No pretendo ser tan cínico. Por supuesto que hubo muchos admiradores que apreciaron a Sixpence igualmente por sus sensibilidades Pop y por su sutileza sinfónica. De la manera en que Radiohead tuvo que batallar y matar a "Creep" para seguir con su carrera (ve su canción "My Iron Lung [Mi Pulmón de Hierro]"), la segunda mitad de la carrera de Sixpence fue una batalla con "Kiss Me."
Su último lanzamiento, Divine Discontent [Descontento Divino], fue su esfuerzo más ambicioso y fue impresionante. Escuché el pre-lanzamiento que fue sacado primero -- antes que se quitaran canciones y se agregaran nuevas -- y era increíble, sobre todo la épica en guitarra "Too Far Gone [Ido Demasiado Lejos]," que tiene más de siete minutos de riffs clásicos de Slocum. "Too Far Gone" no fue lanzada -- y no puedo evitar preguntarme si hubiera podido serlo si la banda no fuera instigada a vender otro millón de álbumes.
Aún así, la versión de Divine Discontent que fue lanzada continuó la jornada de Sixpence hacia la perfección del Pop, esta vez con los medios para equiparar la ambición de sus esfuerzos anteriores. La producción es más grande, la banda más firme, la cuerdas más llenas -- pero el disco está cargado con potenciales sencillos y como tal no llega al paso largo sino hasta "Still Burning [Todavía Ardiendo]," otra canción sobre rendirse y volver a empezar.
Discontent no acaba triunfalmente como el Sixpence None the Richer, sino nostálgicamente, con "A Million Parachutes [Un Millón de Paracaídas]." Las letras cuentan de una figura solitaria en casa, escuchando música y mirando la nieve caer mientras él mentalmente repite sus recuerdos: "extraño la tibieza / y extraño el sol / extraño el océano / extraño a todos."
La canción se trata de un tiempo específico, pero es un sentimiento universal; añorar un pasado que parece perfecto. Esto es lo que siento ahora cuando pienso en Sixpence None the Richer. Extrañaré esperar sus presentaciones en vivo, extrañaré esperar (y esperar, y esperar) un nuevo disco, y extrañaré la manera en que se las arreglaban para lograr que más de un millón de admiradores de películas adolescentes compraran un álbum sobre hacer arte que agrada a Dios.
Es fácil imaginar que la tensión constante que la banda enfrentó a lo largo de la carrera fue por lo menos algún factor en su decisión de cerrar el espectáculo. Me apresuraría a reprochar por el fallecimiento de la banda a un cierto número de fuentes: las personas que los comercializaron como una banda de Pop adolescente, los sellos que retiraron su apoyo financiero y los cristianos que les cayeron encima por ser tan depresivos. Cualquiera sea la verdad, no es divertido cuando tu banda favorita se separa. Pero ellos han tenido su señal del tipo "arbusto ardiente," y en realidad, no hay nada de malo en seguir adelante cuando es tiempo. Gracias por las canciones.

Discografía:
The Fatherless & The Widow (1993)
The Beautiful Mess (1995)
Tickets For A Prayer Whell (1996)
Sixpence None The Richer (1997)
Collage: Portrait of Their Best (1999)
Divine Discontent (2002)
The Best of Sixpence None The Richer (2004)


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